martes, 29 de septiembre de 2009

Clase de Periodismo


Clase de Taller de Comunicación Periodística, aula 105 de la sede perteneciente a la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, ubicada en Ramos Mejía y Franklin.


Diego Rosemberg, periodista -y profesor- les dice a sus alumnos que van a hacer un ejercicio. Acto seguido, se acerca a la silla detrás del escritorio, toma una bolsa verde y plateada, la abre, saca un oso de peluche y lo pone arriba de la mesa.

Se sienta detrás del escritorio -a su lado el oso de peluche- nos mira y nos dicta la consigna: En 15 minutos debemos de escribir una nota acerca de lo que acaba de ocurrir.


El ejercicio está apuntado a detectar la noticia, aplicando para esto los criterios de noticiabilidad que ya hemos estado repasando.

Los alumnos escriben, y pasados los 15 minutos, leen sus producciones.


Rosemberg escucha atentamente cada noticia: todas han detectado como hecho que un profesor, en un arranque de pedagogía absurda, ha sacado un oso de peluche y le ha pedido a la clase que escriba sobre él.

Inmutable, nos recrimina que no hemos sabido detectar la noticia.


Frente al silencio absoluto, nos observa con mirada socarrona, toma el oso de peluche y lo levanta: debajo tiene un papel que dice "ESTO ES UNA BOMBA. PNT"


Ante el mutismo continuado, nos alecciona:


"No han sabido detectar la noticia, porque la noticia es la bomba en el oso.
Nadie se ha acercado siquiera para verlo mejor. Y por no mirar no han visto lo que pasaba. Un periodista no puede quedarse cómodamente sentado en una silla. El periodismo es incómodo.

EL PERIODISMO NO SE HACE SENTADO DETRÁS DE UN ESCRITORIO.


El periodista es el que se acerca al lugar de los hechos, y los interpela. Para conocerlos. Para ver lo que el común de la gente no ve.


El periodista es el que busca la bomba en el oso. El periodista es quien la denuncia.


EL PERIODISTA QUE HACE PERIODISMO DESDE LA COMODIDAD DE SU DESPACHO NO ES PERIODISTA, ES BURÓCRATA.


EL PERIODISTA TIENE LA OBLIGACIÓN DE VER LO QUE LOS DEMÁS NO VEN, Y MOSTRARLO.

DEBE HACER VISIBLE LO INVISIBLE.


NO OLVIDEN NUNCA QUE DEBEN DE ENCONTRAR LA BOMBA EN EL OSO DE PELUCHE."


Retomo a otro gran profesor, Daniel Ditter, que sostiene que un comunicador es un portador de luz, y ratifico, que no debemos olvidar cuál es el sentido de nuestra profesión.


Por lo pronto, yo nunca olvidaré al oso de peluche.

Y espero no pasar nunca por alto que no es lo mismo ver que mirar,

ni oír que escuchar.

Y espero algún día llegar a ser una luz que ilumine esos peligrosos y muchas veces inexplorados conos de sombra que nuestro presente nos ofrece, para hacerlos así transitables a todos aquellos dispuestos a caminar.