lunes, 25 de agosto de 2008

L’existence précède l’essence: sobre la génesis de Picadas y Tablas

PyT no es ni más ni menos que el inicio de algo, algo que aspira a ser construido. En principio, existe. Luego, será.
Un día nublado en Buenos Aires es el fenómeno físico de la inspiración. Un café, un ruido desamparado que se cuela por la puerta, un murmullo, alguna mirada que se desencuentra con el mundo. Me quedo en la superficie de la soledad, como Roquentin. No hay mucho más que lo que no se conoce, que lo que se mira.
También con un café nació este espacio, guarida de un par de conciencias frenéticas, devastadas por el hastío y las certidumbres. Elegimos este vandalismo de las opiniones, no nos importa. Hay que crear algo.
Jean Paul Sartre lo dijo, quizá no se pueda hacer de otro modo, quizá haya que elegir: no ser nada o jugar a lo que se es.

Las picadas de este blog aspiran a ser, pero sobre todo, a ser tres cosas:
- la picada de la pesca, el acto de capturar algo, o más bien, de intentar capturarlo aun cuando la gran mayoría de las veces termine escapándose
(un paso más: ir a buscar aquello que sabemos que no va a estar ahí – Vitagliano dixit)
- la picada de las tardes de verano en Buenos Aires, comer un poco de cada cosa, incorporar para sí alimentos de diversos orígenes; pincharlos, engullirlos, masticarlos, digerirlos
- la picada como acto de corroer, de destruir lo sólido, de destrozar en pedazos algo que estaba ahí, fragmentar lo macizo con pequeños actos; picar los muros, los escalones, las rocas impenetrables

El hombre es un proyecto que se vive subjetivamente.
Querremos destruir, querremos capturar algo que se escabulle, querremos ir nutriéndonos de lo que se nos presenta. Salud.

De lenguaje y literatura (fragmento)
" Más que tomar la palabra, habría preferido verme envuelto por ella y transportado más allá de todo posible inicio. Me habría gustado darme cuenta de que en el momento de ponerme a hablar ya me precedía una voz sin nombre desde hacía ya mucho tiempo: me habría bastado entonces encadenar, proseguir la frase, introducirme sin ser advertido en sus intersticios, como si ella me hubiera hecho señas quedándose, un momento, interrumpida. No habría habido por tanto inicio; y en lugar de ser aquel de quién procede el discurso, yo sería más bien una pequeña laguna en el azar de su desarrollo, el punto de su posible desaparición. " M. Foucault


Noche en Buenos Aires, 26 de agosto de 2008

Una luna pintada de rojo,
una luna ensangrentada que se revuelca
que se desconoce y que revuelve el cielo
buscándose

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